martes, 2 de noviembre de 2010

CALAVERA A CARLOS MONSIVAIS


Estaba la Muerte un día

preparando su equipaje

con una consigna pía

de irse pronto de viaje.


En eso llegó Calaca

diciéndole en maridaje:

-Lo siento mucho, mi flaca,

no se para el engranaje

ya guarda tus envoltorios,

porque ya llegó Carlitos.

-¿Cuál de todos, cual de todos?

-El de Los Mil y Un Velorios.


-Queridísimo Monsiváis

hasta que por fin se me hizo

preguntarte ¿a dónde váis

con ese libro que quiso

enderezar los entuertos

que causa la especie humana

de esa región mexicana

que nos manda tantos muertos?


Y ya que crónicas hablamos

Carlitos, no nos quedemos,

súpitos como marranos

tirados en su chiquero,

comienza a escribir te pido

Los Mil y Un Garabatos.

-No puedo- contestó Carlos-

Extraño tanto a mis gatos.


Y en curiosa procesión

se les mira a los mininos

con Carlos a la cabeza

enseñándoles pininos

en el terreno del Hades,

la Muerte les hace guiños:

-Carlos, Carlos, no te enfades,

los gatos son como niños.


Es de gracia natural

ver alejarse a Carlitos,

entre maullido y maullido

que lanzan esqueletitos

de tan pequeño animal,

uno y otro, repetidos,

perdidos en el umbral

de los que yacen dormidos

entre lápidas marmóreas,

que la Muerte y la Calaca

celebran con estentóreas

carcajadas ñaca ñaca.


Y antes de que el hueso salga,

sobresalga como un alga

-¿Cómo nalga?- Como un alga,

¿a dónde váis que más valga,

Carlos, el de los velorios,

-¿Cómo que a dónde? ¿No sabes?

A dónde se dan jolgorios

y no tristezas ni enclaves.


-Pues que te vaya muy bién.

-No te me entusiasmes tanto,

acá te espero también,

en tierra de camposanto.


LA CASONA. Café con Arte
C. Madero 1608 esq c. 7ma
Cd. Cuauhtémoc, Chihuahua
México
Tel. 625.581.25.05
email: lacasona.cafeconarte@gmail.com

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